El autismo en bebés puede ser una gran preocupación para todos los padres, puesto que se trata de un trastorno que puede afectar su vida en distintos niveles. El Trastorno de espectro autista, abreviado como TEA es una afección principalmente relacionada con la forma en que se desarrolla el cerebro. Esta afecta mayormente la forma en que el individuo percibe y socializa con otras personas. Como consecuencia, puede tener serios problemas para socializar e interactuar con otras personas durante su crecimiento. Además de que puede generar patrones de conducta repetitivos y restrictivos.
La detección temprana del autismo en bebés puede ser una tarea complicada debido a que no existe ningún examen o prueba clínica con la que se pueda detectar su presencia, como se hace con otras enfermedades. Para poder diagnosticar los profesionales de la salud tienen que evaluar su desarrollo y conductas. Por lo que generalmente se ven las primeras señales cerca de los dos años de edad. Sin embargo, hay casos en los que se pueden diagnosticar a los 18 meses o incluso antes.
El diagnóstico temprano del TEA en los niños que padecen esta afección es vital para poder iniciar un tratamiento. Puesto que mientras más rápido se comience a recibir los servicios y apoyos necesarios, menores serán los síntomas durante su crecimiento y podrá alcanzar el máximo de su potencial.
Síntomas de autismo en bebés
Como se mencionó al principio del artículo, el autismo en bebés les afecta a distintos niveles. Por lo tanto, sus síntomas se encuentran divididos en tres tipos de diferencias que pueden presentar: diferencias sociales, diferencias de comunicación y diferencias de comportamiento.
Diferencias sociales
Durante los primeros dos años de vida los bebés tienen que desarrollar ciertas habilidades sociales que le permitirán socializar, no solo con sus padres, sino también con otras personas. Sin embargo, si el bebé sufre de TEA puede presentar las siguientes diferencias:
- Mantiene muy poco contacto visual o no logra mantenerlo.
- No muestra respuesta a las expresiones faciales de sus padres después de los 6 meses.
- Tiene dificultad para mirar objetos y eventos señalados por sus padres.
- No muestra a sus padres objetos de interés personal que hayan captado su atención.
- Carecen de preocupación o empatía por las personas de su entorno.
- Sus expresiones faciales no son las correctas ante las situaciones en la que se encuentra.
- Tiene dificultades o no puede percibir lo que sienten o piensan las demás personas al observar las expresiones de su rostro.
- No siente interés en hacer amistad con otros niños o se le dificulta mucho hacerlo.
Diferencias de comunicación
Una de las áreas más perjudicadas por el autismo en bebés es su comunicación. Por lo tanto, si durante los primeros dos años de vida él bebe presenta las siguientes diferencias, se debe consultar con un profesional.
- No comparte cosas con los demás, ni señala lugares u objetos para indicar lo que necesita después de cumplir los 14 meses.
- Sigue sin decir palabras sueltas después de haber cumplido los 16 meses.
- A la hora de hablar se limita a la repetición mecánica o ecolalia, es decir, solo repite las palabras exactamente como las escucha sin tener ninguna noción sobre su significado.
- Cuando se le llama por su nombre no responde, pero si es capaz de responder a otras clases de sonidos como un timbre, ruidos de animales o la bocina del auto.
- Mezcla frecuentemente los pronombres, muchas veces refiriéndose a los demás como “yo” y a su persona como “tu”.
- Generalmente no muestra ningún tipo de interés en quieres comunicarse expresar lo que siente o piensa.
- No tienen la capacidad de iniciar una conversación, ni mantenerla.
- Pese a los problemas de comunicación, sí pueden tener una buena memoria, especialmente cuando se trata de números, letras, canciones o un tema en específico.
- Pueden tener una “regresión” entre los 15 y 24 meses. Lo que significa una pérdida de los logros sociales o una disminución del lenguaje.
Diferencias de comportamiento
Una de las consecuencias del autismo en bebés es la aparición de conductas repetitivas y obsesivas. Por lo tanto, los siguientes comportamientos pueden ser una señal de alerta.
- Puede desarrollar obsesión por algunas actividades “poco comunes”, las cuales realiza a lo largo del día.
- Se le dificultan los cambios o pasar de una actividad a otra, por lo que muestra una gran preferencia por las rutinas, el orden y los ritos.
- En vez de hacer uso completo de los juguetes, se limita a jugar con solo una parte. Por ejemplo, en vez de jugar con el camión de juguetes, solo da vueltas a una de sus ruedas.
- Desarrolla comportamientos “estereotipicos”: se menea en un solo sitio, aletea, da vueltas en un lugar, camina durante largos periodos en la punta de sus pies, tuerce los dedos, etc…
- En ocasiones, pareciera no sentir dolor.
- Tras cumplir los 18 meses aún no realiza juegos de simulación o imita comportamientos que ve durante el día, con sus juguetes.
- Muestra poca sensibilidad ante algunos ruidos, olores, sabores, texturas y luces.
- Tiene una forma de mirar poco usual, viendo los objetos desde algunos muy poco usuales.
Autismo en bebés ¿Qué se puede hacer?
Descubrir que un bebe sufre de autismo puede ser una situación muy preocupante para cualquier padre. Sin embargo, con una detección temprana y un tratamiento adecuado, los síntomas pueden ser mínimos y podrá tener un estilo de vida normal y corriente. Es importante resaltar que no existe un tratamiento específico para el autismo en bebés ni en ninguna otra etapa. Cada paciente recibe un tratamiento único que se adapta a su caso en particular.
El tratamiento del autismo generalmente se centra en reducir los síntomas causados por el TEA y respaldar el desarrollo y aprendizaje, de esta forma podrá desarrollarse como un niño con todas las capacidades para desempeñarse en su entorno social. Es necesario que, durante todo el tratamiento, haya un profesional de la salud acompañando el proceso. Puesto que hay una infinidad de tratamientos e intervenciones disponibles para afrontar el TEA. Los cuales se pueden aplicar tanto en casa como en la escuela. No obstante, las necesidades pueden cambiar con el paso del tiempo y puede ser necesario reajustar el tratamiento cada cierto tiempo. Entre los tratamientos disponibles para el trastorno de espectro autista, los principales son:
- Terapias de comportamiento y comunicación, generalmente diseñadas para abordar las dificultades sociales, conductuales y de lenguaje.
- Terapias educativas dirigidas por especialistas que hacen uso de una variedad de técnicas para ayudar a mejorar las destrezas conductuales, sociales y de comunicación de los pacientes.
- Terapias familiares en las que tanto los padres como el resto de la familia usan distintos medios para promover la interacción social.
- Otras terapias específicas para abordar aspectos específicos del TEA, por ejemplo, la terapia de comunicación o terapia ocupacional.
- Medicamentos, si bien no hay tratamiento farmacológico para el TEA el médico puede recetar algunos fármacos para controlar algunos síntomas.
